
¿Consultoría que?
Puede sonar extraño que se hable de consultoría filosófica. Hemos escuchado términos como consultas medicas, consultas fiscales, consultas psicológicas, terapias psicológicas, de pareja, de conducta, infantil, etc., pero nunca de una consultoría o terapia filosófica. En realidad, ¿quién había pensado que un filosofo pudiera ser algo así como un consejero o alguien a quien consultar acerca de algo concreto en nuestra vida o sociedad? Es un hecho que lo primero que muchos estudiantes piensan cuando les toca tener que llevar la materia de filosofía, ya sea en la preparatoria o en la universidad, es esta incómoda pregunta: ¿para qué me sirve? Notando que se usa el término servir como sinónimo de útil o utilizable (que no es lo mismo pero eso es otra cuestión)
Esto nos da una idea de varias cosas: 1) La visión que la mayor parte de las personas y sociedades tiene acerca de la filosofía, es decir, es vista como una saber académico y abstracto, muy difícil y misterioso, que tiene poco que ofrecer a la vida real y concreta. 2) Los valores imperantes de la época enfocados más a lo concreto, inmediato y caduco, regidos por el gran signo de dinero ($), esto es, sólo tiene validez e interés algo que me genere ganancia y ganancia económica: la educación, el gobierno, la sociedad, las ciencias, etc...todo girando entorno a un solo aspecto el económico que tendría que tratarse más ampliamente en diversos ensayos. 3) La idea, más o menos latente, de la inutilidad de una ciencia como la filosófica cuando existen ya muchas ciencias experimentales y sociales que se encarguen de descifrar la realidad. No es de extrañar que Comte, primero, y el Círculo de Viena, después, limitarán la filosofía a un remedo de ciencia que engloba las otras o encargada de un mero análisis lingüístico (para lo cual, por cierto, existe otra ciencia)No es de extrañar, pues, que la existencia de algo como una consultoría filosófica sea algo así como un tabú que rompe con los moldes tan profundamente plantados en el inconsciente de la sociedad contemporánea.
En efecto, ¿qué suele pasar cuando uno quiere crecer como persona o un colegio busca el desarrollo humano de sus jóvenes? Va a un psicólogo. ¿Qué pasa cuando uno quiere saber si x o y comportamiento u acción es moralmente correcto? Va a un psicólogo y no pocas veces al médico. Y ¿si tienes problemas sentimentales? Va al psicólogo, a sexólogo, al medico y hasta con la estilista o se recurre al consejo de una revista para adolescentes. ¿Y cuando hay problemas económicos? Se acude al economista, al contador, al administrador. Y así podríamos mencionar muchas situaciones más donde se recurriría a todo mundo menos a un filosofo.Lo que quiero decir es que diversas ciencias han ocupado hoy un lugar que NO LES CORRESPONDE, sobre todo la psicología y la medicina. Esto no quiere decir que sean malas o que haya que negar la importancia y alcance de sus conocimientos; sin embargo, hay cosas que las ciencias experimentales y sociales no pueden ni deben reemplazar. De los ejemplos dados en el párrafo anterior, observamos que la psicología suele ser la que resuelve todos los asuntos humanos y por ello hablar de una consultoría filosófica resulta innecesario pero la verdad es que muchas veces no es necesaria la intervención de un psicólogo, un médico o un contador, pues, sin negar la importancia y ayuda que ofrecen dichas ciencias, muchas cosas comienzan por una visión filosófica (aunque no sistematizada y muchas veces inconsciente) que el sujeto en cuestión tiene acerca de él mismo, la vida, la sociedad y Dios. Todas cuestiones filosóficas.pero ¿qué es la consultoría filosófica?
Consultoría filosófica: Su ser
La consultoría filosófica es un espacio donde el consultante en dialogo con el consultado reflexiona sobre su visión del mundo de manera que se haga consciente de los principios, conceptos y argumentos de los cuales emanan sus emociones, acciones y actitudes.Otra definición similar puede ser la siguiente: Es un diálogo filosófico, una reflexión conjunta sobre el contenido de la visión del mundo del consultante. Bajo esta visión del mundo que se refleja a través de las decisiones que tomamos día a día para actuar subyace una filosofía implícita (1)El asesor o consultor filosófico es un profesional preparado, un filosofo que ha aprendido a conciliar el pensamiento filosófico con la práctica y la experiencia de la vida para acompañar en su reflexión al consultante. No es un maestro de filosofía, sino un filosofo.Un concepto importante será el de clarificar: Más que decirle al asesorado lo que debe hacer, se le explica lo que está haciendo.El consultante puede llegar a solicitar el servicio por diversas razones, incluso algunas que normalmente serían atendidas por psicólogos pero lo hace de forma muy distinta ya que su perspectiva es diferente como veremos más adelante.
Por ello, no solo es una alternativa a la terapia psicológica sino que igual puede ser complementariaSu origenSu origen remoto se encuentra en los primeros filósofos y pensadores entre los que destacan Sócrates, Platón, Lao-Tse, Confucio (pudiendo incluir a muchos más). Es entendible dicho punto si consideramos que los primeros filósofos no veían y vivían la filosofía como un saber académico, sino como algo importante en la vida cotidiana. De igual modo, muchos pensadores de distintos pueblos nos han dejado una riqueza inigualable en sus escritos, poemas y dichos como Nezahuacoyotl aquí en México.Sin embargo, su origen próximo se da con Gerd Achenbach en 1981 abrió la primera consultoría filosófica. El deseo de dicho proyecto comenzó en sus tiempos de estudiante cuando constató el languidecer de la filosofía en la vida publica hasta convertirse en una "ciencia de Seminarios" .Otro personaje importante es Lou Marinoff, autor del libro "Más Platón y menos Prozac" y que representa la rama anglosajona de dicho movimiento.
¿No es lo mismo que una psicoterapia?
No, aunque en apariencia puede parecer similar, tienen grandes diferencias en cuanto a la forma de tratar al consultante.1. La consultoría filosófica no tiene categorías como síntoma, trastorno, enfermedad y, por lo tanto, no hay un enfermo, un trastornado ni algo que curar.2. La psicología trabaja en función de un conflicto, la consultoría filosófica en función de un proyecto3. Mientras la psicología se enfoca en el individuo y sus relaciones próximas, la consultoría filosófica llega hasta ámbitos como la visión de la sociedad, la economía, la religión, etc., y su influencia en la persona; es capaz de hacer una crítica y proposición acerca de dicha concepción.4. La psicología parte de una supuesta neutralidad frente a los valores, mientras que la consultoría filosófica es consciente que siempre se parte de cierta forma de ver el mundo, de la cual la supuesta neutralidad es una.5. La consultoría filosófica, a diferencia del psicoanálisis, no parte de una introspección sino de un compartir de cosmovisiones. Tampoco parte de un determinismo, por lo que se aleja del conductismo.6. Otra diferencia, es que en la consultoría filosófica el asesor puede develar cierta información personal (considérese que algunas agrupaciones como Alcohólicos Anónimos utilizan en cierta medida dicho recurso con éxito) mientras que en la psicología, especialmente la psicoterapia, esto no se realiza.Hay que advertir, sin embargo, varios puntos de enlace: Toda terapia psicológica tiene un fundamento filosófico implícito con el cual se intentan fundamentar.
Por ejemplo: el conductismo parte del presupuesto del hombre como ser solamente material, con una escala ontológica igual al de los animales, determinado o al menos altamente condicionado por el estimulo-respuesta, únicamente empirista en su metodología (solo valen los datos experimentales). Con esto quiero decir que las similitudes que hay entre algunos sistemas filosóficos y las terapias psicológicas se dan en razón de que las mismas se fundamentan en algún conjunto de presupuestos filosóficos, en ocasiones parciales o, por qué no, incorrectos.Por último, me parece importante no hacer una falsa lucha entre psicología y filosofía. Cada una tiene lo suyo y pueden complementarse. Lo que si es importante es que cada una aporte su conocimiento en lo que le corresponde como ciencia. Por ende, y hay que aclararlo, un psicólogo o un médico no son nadie para hablar de la bondad o maldad de ciertos actos, ni promover ciertos valores en lugar de otros o condenar ciertas formas de pensamiento o creencia como erróneos o retrógrados, etc. Esto es, de hecho, poco científico pues ninguna de estas ciencias tiene por finalidad la reflexión y valorización de ninguna de estas temáticas; esto es algo que le compete sólo a la filosofía en algunas de sus ramas aunque al decir "solo a" no hay que entenderlo como despectivo de los conocimientos que arrojan ambas ciencias, sino darles su lugar como datos a analizar por parte de la disciplina filosófica a la que sí le corresponde en sentido propio dicho análisis.
Recordemos lo que dijo Simón Weil en su momento: "De un modo general, la literatura del siglo XX es esencialmente psicológica. Describe los estados del alma sin ninguna discriminación de valor, como si el bien y el mal fueran externos a ella, como si el esfuerzo en pos del bien pudiera estar ausente en el pensamiento de cualquier hombre"